Esta cocina se comunica con el resto de la zona de día a través de una cristalera que permite la conexión visual en todo momento, y favorece la circulación de la luz natural. La luminosidad se potencia, además, con el protagonismo del color blanco en muebles y encimeras, y con la ausencia de armarios altos. La zona de trabajo se distribuye en forma de U, con una isla que acoge la placa de cocción, a la que se anexa una mesa de comedor; una composición de armarios columna que integra electrodomésticos y proporciona abundante espacio de almacenaje; y un lineal de muebles bajos para la preparación y lavado de los alimentos.
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