La cocina se ubica en un espacio de tan solo 11 metros cuadrados, pero gana amplitud al abrirse al salón-comedor.
La isla, con barra en la parte externa, ayuda a delimitar visualmente el espacio, mientras que la zona de trabajo se organiza en forma de L.
La combinación de muebles en acabado cashmere y madera con la encimera blanca, resulta luminosa y a la vez, aporta muchísima calidez al ambiente.